jueves, 23 de junio de 2016

Castaños centenarios: interpretando el paisaje.

La semana pasado siguiendo un olvidado camino entre los pueblecitos de Cuerigo, Conforcos y Llamas, me encontré con un bosque de castaños centenarios que me dejó impresionado por muchas razones. Como es probable que sepáis algunos, estos castaños gigantescos, a menudo huecos y destrozados por los rayos o la intemperie, son castaños injertados hace cientos de años -se puede ver el abultamiento del injerto alrededor de la base- . Ya no se encuentran muchos y menos, todo un bosque de ellos. La mayoría fueron convertidos en carbón vegetal durante el siglo XIX o cortados para leña hace ya mucho tiempo.
 
Aunque se cree que en partes de Asturias y Galicia  algunos grupos de castaños sobrevivieron aislados a la última glaciación, fueron los romanos los que realmente extendieron el cultivo del castaño mediante injertos, ya que el fruto en su estado natural resulta poco apetecible y es de pequeño tamaño. En realidad se dice que fueron la intendencia que acompañaba a las asentamientos romanos los que extendieron este cultivo, ya que la castaña era un producto fundamental en la alimentación de esa época, por su aporte en calorías, su facilidad de transporte y secado, además de la posibilidad de transformarla en harina para hacer pan. No olvidemos que aún no había patatas ni maíz y el cultivo de cereal en esta zona era muy escaso. Tan solo la escanda, un cereal de tierras pobres, parecido al centeno, sobrevivió en estas tierras altas hasta nuestros días.
 
Estudios palinológicos muestran la extensión del cultivo del castaño y del nogal, casi al mismo tiempo, a partir del siglo II en varias zonas de Asturias, pero es obvio que es muy difícil que algún castaño de esa época haya sobrevivido tanto tiempo. Tras la desmembración del imperio romano son los monjes, conocedores de las técnicas del injerto, los que de nuevo extiende este cultivo en las tierras de sus monasterios e iglesias a partir del siglo VII.
Piedra fundacional de la iglesia de San Juan  la Real de Llamas: FECIT JOANNES PRS BBASELICA ERA DCCCCLXX
 
Puestos a relacionar los castaños con algo, descubro que en el pequeño pueblo de Llamas, a 500 metros de este bosque, la iglesia de San Juan la Real, monumento histórico regional, fue construida hacia el siglo X, o al menos eso dice su piedra fundacional y además ya aparece en el testamento del rey Ordoño I en el año 857 (In rivulo qui dicitur Mera Ecclesias Sancti Johannis in Lama e Sancti Michaelis in Conforquos). De esa época queda muy poco y, la iglesia actual, es en gran parte del siglo XV.  Además se cree que en este mismo pueblo hubo un hospital o refugio de peregrinos del cual quedan algunos restos. No añado más información porque el tema principal son los castaños, pero un señor de la localidad de Conforcos me informa que los citados castaños son parte de la llamada "Mata real" y que pertenecen a la susodicha iglesia de Llamas. ¿Podrían estos castaños tener más de quinientos años y haber sido plantados por los monjes que construyeron la iglesia?. ¿Han perdurado -y no fueron convertidos en carbón como sucedió con muchos otros- gracias a estar protegida su propiedad por la citada iglesia?. Sea cual sea la respuesta, es una pena el completo abandono en el que sobreviven estos árboles majestuosos que llevan siglos siendo testigos mudos de la historia.
 
Vista de la iglesia desde el bosque
 
 
 
 






 
 



 
El río Aller pasa cerca de la iglesia de Llamas y riega la fértil vega.

Pueblo de LLamas en Aller

 
La iglesia de San Juan la Real de Llamas en medio de una rica vega agrícola y un poco alejada del pueblo.

Primavera de azul y lluvia


Tengo cierta fijación por el color azul, no lo puedo evitar, y no es nada racional. Se suele decir que el azul es el color preferido de la mitad  de la población. El mar y el cielo son azules, sin duda, pero aquí en las montañas el cielo, solo muy de vez en cuando es azul y en cuanto al mar, está un poco lejos. El color que impera aquí es el verde, sin duda. Tal vez por eso uno siente cierta nostalgia del azul, uno de los colores menos comunes en el mundo vegetal y así, casi sin darme cuenta, se me van los ojos tras las plantas de flor azul: aquilegias, campánulas, iris, clematis y ahora llega el turno de los delphinium, centaurea y lobelia. Más tarde vendrán las salvias, hibiscus y  hortensias. Dicen que el azul es un color frío y húmedo que produce relajación e incrementa el tamaño de los espacios. También se le relaciona con la harmonía, el conocimiento, la tranquilidad, concentración….etc.
Esta semana ha llovido hasta la extenuación, pero las flores de los delfinium permanecen enhiestas sin inmutarse mientras rezuman gotas de agua tibia. Aquí os dejo unas fotos de mi jardín tras esta semana de lluvia. No son todas azules pero casi. 
 
 
 
Lobelia erinus 
 
 
 
 Los Delphinium pueden alcanzar 1.50 de altura y la floración dura al menos un mes.
 
 
 Lobelia y Delphinium
 
 
 Flores de Delphinium
 
 

 
Triteleia "Queen Fabiola"
 

 Lobelia y Diantus barbatus
 
 Flores de Delphinium
 
Centaurea cyanus, anual con una floración extremadamente larga. Es una de las anuales mas resistentes, floríferas y fáciles de cultivar.
 
Acer palmatum "Sango kaku" y Delphinium.



Hemerocallis "Crimson"
 


Lirio "Blackjack"
 

 
Digitatalis purpurea
 

 Philadelphus y Spiraea
 
Dianthus y Lamprathus roseus
 

Parterre central
 


 Spiraea "Goldflame" y Acer "Bloodgood"
Hostas y Heucheras en sombra

 
Berberis "Sunjoy gold",  Prenisetum "Red bunny tail", y Diantus barbatus
 
Hosta, Asplenium scolopendrium, Heuchera "Chocolate" y Hakonocla macra "Aureola" en zona de sombra.

sábado, 18 de junio de 2016

Comunidades de plantas silvestres en los pastizales de montaña: algunas reflexiones


Todos sabemos que en los últimos años se están  imponiendo cambios en el concepto de jardín y cada vez se tiende más hacia un tipo de jardinería más respetuosa con el medio ambiente natural, más ecológica y más adaptado al entorno. Como consecuencia de ello se han puesto de moda las borduras de plantas vivaces –perennes, incluidas plantas silvestres, combinadas con gramíneas- que florecen de forma sucesiva y mantienen su estructura incluso durante parte del invierno, con las hojas o ramas ya secas y las semillas como alimento importante para la fauna salvaje. Piet Outdolf uno de los paisajistas más conocidos de este movimiento, habla de “la belleza de la planta muerta”.
Echium vulgaris y Helianthemun nummularis (azul y amarillo, una combinación perfecta )
 
Gran parte de la inspiración para esta nueva forma de hacer jardines o paisajismo viene, sin duda, de la observación de la naturaleza, especialmente, de cómo viven e interactúan las comunidades de plantas en el mundo natural, y nada más hermoso que ver estas plantas en los pastizales y prados naturales de la montaña de Asturias. La variedad y combinaciones de flores y colores es sin duda asombrosa. En esta selección tiene mucho que ver el tipo de tierra, el acceso al agua, la situación al sol o a la sombra, el clima, la altitud, pero también la mano del hombre. Éste ha contribuido de forma importante a la selección de la flora de estos prados, a través de la siega, del pasto del ganado o del abonado casi siempre orgánico. Estos pastizales son un gran fuente de inspiración y un relajo para la mente y para el espíritu. Difícil competir con la naturaleza en nuestros jardines.

Coto de La Guarda en la parroquia de Cuérigo, antigua explotación comunal.

 
En primer término Asphodelus albus (gamón)


Casería de "Cocha-la-grande"


Pradera mixta en plena floración


Casería de "Ro-la-pala"


Lychnis flos-cuculi (flor de cuco, color rosa) y ranúnculos (amarillo)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dactylorhiza maculata (orquídea satirión manchado, una de las muchas orquídeas de los prados de la montaña asturiana)
Pradera mixta: Scabiosa, Malva sylvestris, Lotus corniculatus, Trifolium, etc
Pradera mixta: Leucanthemum (margarita), Anthyllis (trébol rosa), Lotus corniculatus (cuernecillos amarillos) 
Casería "Les Cuartes"
Pradera mixta: prunela vulgaris (azul) y Leucanthemum (margarita)
Echium (azul), Geranium pratense(rosa) y Helianthemum (amarillo)
 
Orchis ustulata (orquídea manchada). Otra espectacular orquídea de nuestros prados. 
Echium vulgare ( chupamieles,  viborera) una planta fundamental para las abejas, con una floración muy atractiva y de larga duración.

Prunella vulgaris (azul), Anthyllis vulneraria (trébol granate) y Helianthemum (amarillo)
 
Rhinantus angustifolius (pitinos). Tradicional planta de pastizal con flores en forma de cabeza de gallina. Llena los prados de cabezas amarillas con ojos y pico de color azul
Pradera mixta: Dacthilorhiza (orquídea) , Achilea millefolium (milenrama), Helianthemum
Serapia cordigera: orquídea gallo acorazonado.

Trifolium campestre (trébol amarillo)
 Casería "La Viesca". Al fondo los pueblos de Cuérigo, Collanzo y Santibáñez de la fuente.